La historia de una diseñadora que transforma el cuero y la moda con identidad y alma.
Desde muy pequeña, la vida de esta diseñadora estuvo marcada por la pérdida y el amor incondicional. A los seis años, enfrentó la muerte de su madre debido a un cáncer, y fue su abuela quien la crió, llenándola de afecto y enseñándole a valorar los detalles simples de la vida. Su infancia transcurrió en el Colegio Sagrada Familia, donde dio sus primeros pasos en el arte de tejer, creando ajuares de bebé. Sin saberlo, esas primeras puntadas serían el inicio de un camino creativo que más tarde la llevaría al diseño de carteras únicas.

Un desafío creativo y un mensaje para los emprendedores.
Para ella, la moda es más que diseño; es un desafío constante que requiere dedicación, identidad y aprendizaje. A los emprendedores les aconseja: “Es importante saber escuchar al cliente, informarse y trabajar con productos de calidad. Siempre hay que disfrutar los procesos, aprender de ellos y apostar por la sustentabilidad”. Inspirada en la economía circular, busca dar una segunda vida a ropa reciclada, como los jeans, que utiliza para crear carteras llenas de carácter y propósito. Este enfoque no solo aporta al medio ambiente, sino que también refuerza el carácter único de sus diseños.
Un producto con historia: Carteras que conectan
Cada una de sus carteras lleva el nombre de alguien especial en su vida, desde hijas de sus amigas hasta familiares cercanos. Así nacieron modelos icónicos como “Marina”, inspirado en su abuela; “Dominga” y su versión pequeña “Dominguita”; o “Sofi”, uno de los diseños más prácticos y cómodos. “Me encanta que mis clientas identifiquen los modelos por sus nombres. Eso hace que las carteras tengan una conexión especial y un sentido de pertenencia”, .
Trabajar con cuero le apasiona, las texturas, colores y posibilidades que este material ofrece alimentan su creatividad. Durante su tiempo en Argentina, se enfrentó al desafío de confeccionar a mano más de 500 carteras utilizando herramientas básicas, como una perforadora y una peineta de acero. “Eran piezas hechas con el alma, y gustaban mucho. Nadie podía creer que estuvieran hechas completamente a mano”, recuerda.
Las redes sociales: Un puente hacia el público
Aunque no cuenta con el número de seguidores que desearía, valora profundamente a su comunidad en Instagram. “Quienes me siguen lo hacen porque les interesa mi trabajo, y eso es lo que más me llena”, comenta. Agradece a Arrizaga Publicidad por ayudarla a impulsar su marca en lo digital, aunque admite que le cuesta mostrarse frente a la cámara. “He intentado crear más contenido sobre cómo hago mis carteras, y cada vez que lo hago, me va muy bien. Sin embargo, el tiempo y la exposición frente a cámara siguen siendo un desafío”, admite.

De la lana al cuero: una evolución constante
Su relación con los materiales ha ido evolucionando. Aprendió a tejer lana mientras estudiaba en el Colegio Sagrada Familia, desarrollando desde pequeños ajuares hasta piezas más elaboradas. Más tarde, al mudarse a Argentina, descubrió el cuero como su principal medio de expresión. A través de ensayo y error, perfeccionó su técnica hasta convertirla en el pilar de su marca actual.
El futuro de su marca: Creatividad y comunidad
Mirando hacia adelante, sueña con abrir un espacio llamado Casa Popa Chile, donde las personas puedan aprender a confeccionar sus propias carteras, personalizarlas y explorar el diseño de manera creativa. También quiere seguir apostando por productos atemporales y seguir expandiendo su marca en el mundo de la moda. Además, destaca el impacto positivo de la economía circular en la moda y cómo los diseñadores chilenos están liderando un cambio hacia lo artesanal y lo hecho a mano. “Estamos en una transformación que llevará tiempo, pero cada vez vemos más diseñadores y marcas que apuestan por lo auténtico y funcional”, señala.
Un trabajo que llena el alma
Para ella, la moda es más que un negocio; es una forma de vida. Cada una de sus carteras cuenta una historia, desde los materiales reciclados hasta el nombre que las identifica. “Nunca pensé que tendría tantos modelos, pero cada uno tiene su propia historia. Los nombres de las carteras son mi forma de rendir homenaje a quienes me han inspirado”, explica.

Con una trayectoria marcada por la autenticidad, sus creaciones han evolucionado desde ser un pasatiempo hasta convertirse en su profesión. Aunque reconoce que no cuenta con una producción a gran escala, valora profundamente el carácter artesanal y único de su trabajo. “Es un trabajo hecho con el corazón, y eso se refleja en cada pieza que sale de mis manos”, concluye. Su historia y sus carteras son un ejemplo de cómo la creatividad y la pasión pueden convertir la moda en algo más que diseño: una expresión de identidad, amor y conexión.
Zonamia.cl es una plataforma digital dedicada a destacar las historias reales de personas auténticas detrás de los negocios o emprendimientos locales. Su objetivo es conectar con la comunidad al dar voz a quienes, con esfuerzo y creatividad, construyen sueños que impulsan el desarrollo de la zona. A través de reportajes cercanos, Zonamia.cl celebra el talento, la dedicación y las historias inspiradoras que definen a cada emprendedor y su proyecto.